Desarrollo de la autoestima = Niños más felices
La autoestima es una palabra actualmente muy manipulada por los medios de comunicación, pero pocas veces bien tratada. Tener una buena autoestima es garantía de bienestar y confianza en uno mismo, en otras palabras podemos decir que el desarrollo de este importante elemento nos ayuda a sentirnos más felices con nosotros mismos, satisfechos con nuestra forma de ser y seguros de nuestras decisiones. La autoestima está relacionada con un mejor rendimiento académico, desarrollo del aprendizaje y relaciones sociales más satisfactorias. ¿Pero cómo podemos potenciar la autoestima en los niños/as?
Primero es importante destacar que es labor de padres y educadores procurar el desarrollo de una sana autoestima. La autoestima no es algo innato, es decir, nadie nace con alta o baja autoestima, sino que es algo que se va construyendo poco a poco durante la infancia y la adolescencia en estrecha relación con los demás. Las experiencias vividas en estas primeras etapas son interpretadas por los niños, y poco a poco se construye una imagen de sí mismo en la que puede confiar o no necesariamente, según se haya desarrollado. Una buena autoestima incorpora una percepción real de las fortalezas y debilidades, no una imagen distorsionada que enfatice solo aspectos positivos de la personalidad. Cuando pensamos de esta forma trasmitimos el siguiente mensaje: “eres perfecto, no te puedes equivocar” y la consecuencia de esto es; niños con baja capacidad de autocrítica y de tolerar la frustración.
¿Qué acciones pueden favorecen el desarrollo de la autoestima’
- Dar elogios creíbles y realistas. Cuando los elogios no son realistas, tienen el efecto contrario, porque el niño puede interpretar que se lo estamos diciendo para hacerle sentir bien, y por lo tanto, puede dudar de lo que realmente vale.
- Dar oportunidades para conozca y ponga en acción sus capacidades. La autoestima se apoya en la confianza; para que el niño tenga confianza en sí mismo tiene que demostrarse a sí mismo su capacidad, no podrá hacerlo si no le damos la oportunidad de hacer cosas por sí mismo.
- Transmitir confianza, es muy importante que el niño perciba que confiamos en sus capacidades, que creemos que puede hacerlo.
- Ayudar a interpretar de manera realista y positiva la opinión que tienen los demás sobre ellos. Es muy importante indagar en sus percepciones y ayudarles a hacer interpretaciones reales y sanas que contribuyan a una buena autoestima.
- Cuidar las palabras y comentarios que puedan hacerlo sentir culpable por lo que hace. Debemos evitar comentarios del tipo: “si te portas así no te voy a querer”; “ mira lo que me haces, no te das cuenta de que mamá o papá está triste por tu culpa y no te importa”, este tipo de razonamiento manipula el cariño y vínculo que se tiene con el niño.
- Enséñale a aceptar sus errores y a no sentirse mal por ellos. Enséñale que no tiene que ser perfecto, que nadie puede ser perfecto. Es importante que sea consciente de sus errores y que los corrija, pero no que se sienta mal por ellos.
- No comparar, etiquetar o juzgar. Evitar en todo momento cualquiera de estas acciones. Criticar la conducta la conducta, pero nunca al niño, dile: “no me parece lo que haces”, pero no le digas, “eres malo, eres un desastre, eres flojo”, etc.
Vibeca Godoy R.
Psicóloga de Educación Básica