Apoderadas profesionales del área de salud comparten sus experiencias en esta pandemia
Constanza Valdebenito, Marisa Oyanedel y Bárbara Araos, apoderadas del Colegio Mayor Tobalaba compartieron sus experiencias respecto a su trabajo contra la pandemia. Como institución queremos reconocer el gran compromiso y trabajo que han desplegado los funcionarias y funcionarios de la salud y otras áreas en la lucha contra el COVID-19.
Muchos de los padres, madres, apoderados y familiares que componen nuestra comunidad educativa Mayor tienen trabajos dentro de los equipos de salud que en estos momentos están trabajando duramente contra el COVID -19 en hospitales, clínicas y laboratorios. A todos ellos, como Colegio, queremos agradecer el compromiso por su labor y su entrega.
La apoderada, Constanza Valdebenito, quien actualmente se desempeña como enfermera jefe del programa integral de multimorbilidad, CRS Hospital Cordillera y encargada del programa de salud y adulto mayor del Cesfam Ancora UC, nos señaló que “La experiencia en atención primaria en salud y atención ambulatoria ha sido bastante dura, pues hemos dado soporte al testeo, trazabilidad y aislamiento de usuarios con COVID. Además, con el reciente inicio de programas de vacunación. Nos hemos visto sobrepasados en recursos humanos, teniendo que reestructurar las atenciones clásicas de ambulatorio, y hemos tenidos que enfocar todos los esfuerzos a las atenciones por COVID”. Respecto de qué es lo más difícil que ha debido enfrentar, mencionó: “En lo personal y familiar, dejar de ver a mi hija y familia en general por ser personas de alto riesgo en la propagación del virus. El año pasado en especial, fue duro, estuvimos meses sin ver a nuestros familiares, o visitándolos desde la calle, fue una situación súper triste, que personalmente no estoy en condiciones, ni mi hija, de volver a vivir. En lo profesional, dejar a atender a niños (en controles sanos) y adultos con patologías crónicas para enfocarnos en atenciones Covid. Es también muy duro ver a esos mismos pacientes contagiados, con dificultad respiratoria en los centros ambulatorios, derivarlos a urgencia para sean hospitalizados y enterarnos de que fallecieron por la espera o por las complicaciones provocadas por sus patologías de base. Fue súper duro tener que abrir camas críticas en lugares físicos no adaptados como cesfam o crs e intentar dar soporte a pacientes bajo condiciones no óptimas.
Pensando en un mensaje para las familias de nuestro Colegio, Constanza Valdebenito nos dice: “Principalmente, mantengan las medidas de autocuidado y aislamiento preventivo. Disfruten a sus hijos y el tiempo que están con sus familias; eduquen a los niños en las medidas de prevención, para que cuando se reintegren al colegio disminuya la probabilidad de contagio. Aunque suene cliché << la pandemia la debemos combatir entre todos>> de lo contrario tanto esfuerzo de los profesionales de salud en lo profesional y personal, no vale la pena”.
Nos encontramos en un escenario donde hemos tenido que modificar nuestros estilos de vida, han sido tiempos duros para todos. Pero, sobre todo, entendemos la estresante labor que realizan los equipos de salud haciendo frente a esta crisis sanitaria, lo que se suma a las extenuantes jornadas de trabajo, razón por la que valoramos más aún el compromiso que han tenido todos ellos en el apoyo del aprendizaje de sus hijas e hijos.
Para Marisa Oyanedel, enfermera encargada de sanar lesiones de mediana complejidad en pacientes postrados, la experiencia de la pandemia ha sido un trabajo diario, donde se hace muy complejo abordar todas las necesidades que van aumentando día a día. Además, se va generando un vínculo con las familias que hacen de todo esto una experiencia real, triste y fuerte. Nos cuenta que “Lo más difícil en lo profesional ha sido convivir y compartir con las familias esta tristeza que llevan por la situación en que está su pariente y también, sus alegrías cuando los pacientes se van de alta de sus tratamientos de lesiones ya que es un esfuerzo mutuo de ellos y nuestro. Muchos, lamentablemente, en esta pandemia no han podido seguir luchando ya que el virus se los ha llevado”. Y en lo personal, nos cuenta que “Tener que lidiar el trabajo con todo lo que conlleva esta carga emocional, pensar que puedo llegar contagiada a casa, pese a que me protejo con mis EPP, pensar que puedo contagiar a los míos tan sólo con un abrazo, sólo me pongo en manos de Dios y llego con otro switch, y paso a ser madre, estar pendiente de la familia, de las tareas de los niños y demás quehaceres del hogar“.
A las familias, Marisa Oyanedel les diría “que se cuiden, que dando gracias a Dios, nos despertamos con vida. Esta pandemia nos ha enseñado muchas cosas, una de ellas a valorar la familia y los tiempos que nos dedicamos unos a otros. Tener respeto por todos, usar elementos de protección personal para evitar el contagio, ya que este virus es como una ruleta rusa y si nos contagiamos puede ser que sea sin síntomas, como también podemos perder nuestra vida y eso no lo sabremos, por eso sólo les pido empatía con todos y a protegernos siempre”.
Estaremos siempre en deuda con todos los trabajadores de la salud que están en la primera línea de esta pandemia, y estamos agradecidos de cada uno de ustedes, por cada día, cada noche, cada turno adicional y cada cena perdida con sus familias, con el propósito de salvar vidas, cuidar y ayudar a otros.
En este contexto, la apoderada Bárbara Araos, matrona docente de la Universidad Mayor y refuerzo en la unidad de hospitalización maternidad en la Clínica Bupa, donde brinda atención a mujeres puérperas y sus recién nacidos nos relata que esta pandemia ha sido compleja en varios aspectos. “En la universidad, con los estudiantes hemos tenido que realizar atenciones de telemedicina simuladas con un actor, para que ellos puedan atender pacientes, ya que se suspendieron las prácticas presenciales”, explica. Y agrega “En la clínica los turnos son cada vez más pesados, a veces de 24 horas continuas, existe miedo a contagiarse, pero finalmente es un trabajo muy gratificante ya que acompañamos a mujeres y sus familias en momentos tan importantes como es el nacimiento de un nuevo ser. Por otro lado, esta pandemia ha tenido también algunas cosas positivas, como por ejemplo compartir más tiempo en familia, realizar distintas actividades como cocinar todos juntos, que antes tal vez no realizábamos con tanta frecuencia”.
Sobre lo más difícil de enfrentar en esta pandemia nos contó que “ha sido mantener distancia con los seres queridos como padres y abuelos (que son grupos de riesgo) y también ha sido un gran desafío las clases online de nuestra hija, ella se encuentra en kínder, y le cuesta un montón mantenerse atenta frente a un computador y esta nueva forma de interactuar con sus compañeros y profesores. En cuanto a lo laboral lo más complejo sin duda ha sido el miedo a contagiarse y contagiar a integrantes de nuestras familias”. Por último, agregó “Como mensaje a las familias sólo desearles mucho ánimo y amor.”
Estaremos siempre en deuda con todos los trabajadores de la salud que están en la primera línea de esta pandemia, y estamos agradecidos de cada uno de ustedes, por cada día, cada noche, cada turno adicional y cada cena perdida con sus familias, con el propósito de salvar vidas, cuidar y ayudar a otros.
También es el momento de agradecer y destacar al personal del Equipo de Salud de nuestro Colegio, por el arduo trabajo que han realizado durante todo este tiempo en post del bienestar y resguardo de la salud de todos quienes componen nuestra Comunidad Educativa.