La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de alguien y comprender por lo que está pasando; es la capacidad de sentir lo que sienten. Entonces, ¿por qué podría ser tan importante hablar sobre ella? Solamente considerando nuestro contexto actual, enseñar empatía a los niños y jóvenes es más importante que nunca.
Las personas empáticas tienen la capacidad de conectarse con otros en un nivel más profundo y relevando sus aspectos positivos por sobre otras consideraciones. Para nuestra sociedad con altas interacciones entre personas de distintas culturas e historias, la empatía es una herramienta cada vez más importante para desenvolvernos.
1. Aspectos positivos.
La empatía tiene una serie de rasgos positivos, sin embargo, dentro de la escuela y específicamente dentro de cada curso, podemos observar su influencia en tres aspectos.
Promueve la integración: En la diversidad del curso aprendemos a entendernos y a construir relaciones de confianza. La empatía nos da un lugar en el grupo.
Fortalece al grupo: Ya que la empatía implica comprender los sentimientos del otro, su práctica aumenta la cohesión entre los individuos y su sensación de pertenencia. Es el elemento que nos hace avanzar juntos, sin que nadie quede atrás.
Promueve la creatividad: La empatía significa dejar de ver al otro como un extraño o adversario y para ello es necesario superar los prejuicios y estereotipos. Cognitivamente este es un ejercicio de ingenio que fortalece la flexibilidad de pensamiento.
2. Recomendaciones para fortalecer la empatía.
Ya que tiene tantos aspectos beneficiosos, podemos pensar que la empatía es un aspecto que merece ser ejercitado y desarrollado constantemente, por eso ahora revisaremos tres recomendaciones para fortalecerla.
Recurrir a la toma de perspectiva: Es la acción de asumir el punto de vista del otro. Requiere imaginar cómo te sentirías, qué pensarías o harías si estuvieras en la situación de otra persona. Al ponernos en la piel del otro, cuestionamos pensamientos establecidos, nos desprendernos de prejuicios y evitamos conclusiones superficiales.
Desarrollar la autorregulación: Cuando sabemos manejar nuestras emociones y comportamiento manteniéndonos enfocados, lograremos una comprensión más profunda del otro, evitando emociones negativas que pueden cortar los vínculos. Cuando estamos muy molestos o angustiados nuestro pensamiento se nubla y dejamos de ser empáticos. Respirar hondo o conversar con alguien puede ayudarnos a recuperar la claridad para pensar.
Practicar la amabilidad: Es una predisposición más compleja y elaborada que simplemente demostrar simpatía. Cada acto amable hace que nos fijemos en los demás (veo cómo te sientes), nos interesemos (me preocupo por ti) y empaticemos (entiendo lo que te pasa). De esta forma, las actitudes amables promueven establecer vínculos de confianza significativas.
3. La relación entre empatía y colaboración.
Naturalmente la empatía no es un acto solitario y cuando se desarrolla colectivamente viendo metas comunes hablamos de colaboración. En coherencia con ello, las actividades grupales propuestas por los docentes, además de tener una finalidad para las asignaturas, tienen una orientación formativa: buscando que los niños y jóvenes aprendan a alentar a los demás, resolver conflictos y estar en desacuerdo con respeto.
La ciencia avala lo anterior y señala que los trabajos grupales son un excelente espacio para que los estudiantes tengan conciencia sobre sus propios procesos cognitivos y determinen qué destrezas y habilidades ponen a disposición del grupo; sobre todo en el caso de los procesos de orden superior o de pensamiento complejos. En comparación con los modelos de aprendizaje tradicional, al colaborar los estudiantes ponen en marcha el pensamiento crítico, la creatividad, la capacidad de planificación y ejecución, y la toma de decisiones, logrando resultados que a futuro exceden a la calificación.
A modo de síntesis, es correcto señalar que la empatía es el corazón de cada curso y de nuestro Colegio; idea que nuestros estudiantes interpretan correctamente a través de sus inquietudes y las propuestas que han desarrollado en estos meses. Ellos colaboran más allá de los trabajos, colaboran cuando proponen una actividad de ruta y colaboran cuando se organizan como centro de alumnos.
Ellos, a través de la empatía, tienen la claridad de notar que el verdadero sentido de vincularnos no es llegar primeros, sino llegar todos juntos al mismo destino.
Claudio Patricio Navarrete.
Director de Convivencia – Colegio Mayor Tobalaba.