Por supuesto, nos preocupa el contenido con el que los nuestros hijos interactúan en línea. Esto es especialmente cierto para el contenido sexualizado o el contenido que fomenta el comportamiento destructivo. El problema es que, si solo les decimos “No, no mires eso”, no van a entender por qué.
Frente a esto, aparece el concepto de la ciudadanía digital que va más allá de la ciberseguridad y pone el foco en los fenómenos de la abundante ficción existente en la red, la importancia de la tecnología para promover el bienestar colectivo y la capacidad para tener un trato respetuoso con las personas con que interactuamos.
Enseñar a los niños y adolescentes buenas prácticas de ciudadanía digital les ayudará a comprender el impacto que pueden tener en los demás. También les mostrará que están dejando una huella digital que puede ayudar o dificultar sus oportunidades educativas o laborales. Todos deben comprender que Internet, y cómo lo usamos, es una calle de doble sentido: todo lo que hacemos tiene una consecuencia.
Entonces, ¿Cómo enseñamos la ciudadanía digital?
La enseñanza de la ciudadanía digital requiere que el colegio y las familias desarrollen acciones sobre cómo usar Internet de manera segura. Debe ser una conversación abierta y continua… pero cubriendo todo, desde proteger información privada en línea hasta dejar de lado un rato el celular y procurar hacer amigos en la vida real. Repasaremos algunas formas útiles de crear lecciones integrales de ciudadanía digital.
Muéstreles su propia huella digital
Las familias pueden comenzar la conversación sobre ciudadanía digital en casa. Empecemos por mostrarles a los niños y adolescentes su huella digital. Desde un computador que no esté conectada a sus cuentas personales, pídales que busquen por sí mismos en línea. Prueben buscando sus nombres reales o nicknames de sitios webs
A continuación, naveguen a los sitios de redes sociales que utilicen. Asegúrese de haber cerrado sesión o de usar una cuenta que no esté conectada a las de ustedes, y busquen sus perfiles. Pongan atención a lo que pueden ver incluso aquellas personas que no son sus amigos o seguidores.
Es posible que los más pequeños no comprendan el concepto de contenido “privado”. Enséñeles cómo cambiar su configuración para que los extraños no puedan ver lo que han publicado. Dependiendo de su edad, es posible que también desee que todas sus fotos sean privadas.
Esta acción nos permite mostrarles a los niños y adolescentes que se pueden rastrear. Anímelos a dejar una huella digital positiva que destaque sus logros, amabilidad y responsabilidad.
Analizar las leyes de uso de Internet
Ya sea en casa o en el colegio, los niños y adolescentes entender que incluso en la selva de internet existen leyes.
Muchos sitios web tienen restricciones de edad, pero no son difíciles de superar. Ayude a sus niños y adolescentes a comprender que el hecho de que puedan mentir sobre su edad en línea no significa que deban hacerlo. Bríndeles ejemplos de la vida real de ocasiones en que los niños o jóvenes terminaron en peligro porque inventaron su edad o identidad en línea.
Algo sobre alfabetización digital: conozca sus fuentes
En pocas palabras, tener alfabetización digital significa saber cómo interpretar la información en línea. Esto incluye comprender el material de origen y evaluar su utilidad. En otras palabras, una parte de la alfabetización digital incluye encontrar fuentes de información legítimas para respaldar nuestras afirmaciones.
Esto es algo que el colegio ya está haciendo. Cuando les pedimos a nuestros estudiantes que hagan alguna tarea, esperamos que encuentren fuentes basadas en hechos. Ampliar esa conversación al hogar puede mejorar sustancialmente la calidad de la información que circula en la red.
Muestre a sus hijos sitios web que afirmen informar hechos pero que nunca proporcionen pruebas. Pídales que señalen las áreas en las que se necesitarían pruebas para que la fuente sea creíble. Pregúnteles por qué difundir información falsa o no probada puede ser perjudicial y ayúdelos a encontrar la respuesta.
Más sobre alfabetización digital: reconozcamos la propaganda.
La propaganda se define como la divulgación de información con la intención de que alguien actúe de determinada manera y las redes sociales están llenas de ella. No todas las ideas discriminatorias o negativas son evidentes y los menores en Internet son particularmente susceptibles a estos mensajes sutiles.
En clases, los docentes del colegio promueven que los estudiantes empleen el pensamiento crítico para enfrentar la realidad: esta aproximación permite distinguir lo medular de lo accesorio. Es importante que reconozcan el papel que juega Internet en las creencias colectivas.
Igualmente, podemos extender el uso del pensamiento crítico en casa: pida a sus hijos que analicen diferentes tipos de contenido. Haga preguntas como: ¿Qué mensaje transmite este contenido?, ¿Quién a quién está dirigida esta información?. Probablemente se sorprenda gratamente de como se desarrolla la conversación.
Puede que no nos demos cuenta, pero los niños y adolescentes están sujetos a propaganda todo el tiempo y, a menudo, se disfraza de humor sin sentido. Los memes, especialmente, pueden contener mensajes negativos disfrazados de bromas.
La mayoría de los memes son inofensivos, pero algunos fomentan un sentido del humor oscuro e incluso violento. Enseñe a sus hijos a reconocer el contenido creado a expensas de los demás y anímelos a pensar con más empatía. Es posible que los menores no comprendan que decir “Es solo una broma” no elimina las repercusiones dañinas que puede tener el contenido.
Utilice ejemplos de la vida real tanto actuales como históricos. Es posible que decirle a sus hijos: “Esto no es agradable y podría dar lugar a cosas negativas” no les haga mayor sentido, pero mostrarles cómo lo ha hecho en el pasado podría ser más eficaz.
Otorguemos herramientas para manejar la negatividad en Internet.
Como dijimos antes, no es suficiente decirles a sus hijos y adolescentes dónde pueden acceder a Internet y dónde no. No podemos monitorear su actividad en línea constantemente, especialmente cuando pueden acceder a Internet desde los teléfonos y computadoras de sus amigos. Por ello, enseñemos a los niños y adolescentes cómo reaccionar cuando encuentren contenido negativo en Internet.
Los niños más pequeños deben avisar a sus padres o profesores cuando consideren que accedieron a contenido incorrecto. Naturalmente no pueden distinguir si el contenido pudiera ser dañino, por lo que deben confiar en los adultos para dar el siguiente paso.
Los niños mayores y los adolescentes también deberían conversar sobre ello con los adultos, pero también es posible enseñarles a tener un rol activo sus propios grupos de amigos. Si notan que sus amigos hacen bullying o promueven la violencia no deben avalarla. Hábleles sobre la participación y el comportamiento cómplice, dar un like o repostear termina avalando una situación.
En gran medida ser un buen ciudadano digital significa generar conciencia y enseñar a otros cómo ser buenos ciudadanos digitales también. Hable con los adolescentes sobre cómo pueden interactuar productivamente con sus amigos sobre el comportamiento negativo en línea. Ayúdelos a entender los límites y cómo reconocer cuando algo ha ido demasiado lejos para que ellos mismos lo manejen.
Hablemos sobre privacidad digital
Hoy en día, muchos sitios web le piden que cree cuentas para poder acceder a ellos. Los niños y adolescentes a menudo han creado cuentas para juegos o sitios de redes sociales, y es posible que no piensen nada al respecto. Enséñeles a reconocer cuando los sitios web piden demasiada información.
Acá podemos volver a emplear el pensamiento crítico e iniciar una conversación sobre algunas preguntas tales como: ¿Debería publicar mi número de teléfono en línea? O ¿Debería compartir mi dirección en algún sitio público?
Repase y hable sobre el tipo de información que realmente es importante en un sitio web. Explíqueles lo que puede suceder si ponen demasiada información personal en línea, desde recibir spam hasta suplantación de identidad. Por supuesto, es posible que muchos niños no tengan acceso a información como números de tarjetas de crédito, pero aun así es importante que sepan cómo mantener segura esta información.
Por último, hable con ellos sobre la creación de contraseñas seguras. Anímelos a que mantengan un registro de sus contraseñas en un lugar seguro, como un cuaderno que guardan en su escritorio en casa. Hágales el hábito de cerrar la sesión de las cuentas cuando usen computadoras compartidas
Incluyendo estas conversaciones en el hogar animamos a nuestros niños y jóvenes a desarrollar una ciudadanía digital sana en todas sus dimensiones: siendo empáticos en la red, pensando por sí mismos, distinguiendo qué información es válida y relevante para ellos y, en última instancia, a formarse su propia opinión a través del pensamiento crítico.
Claudio Navarrete
Director de Convivencia Escolar