Consumo perjudicial de drogas y alcohol
Según el ministerio de salud y SENDA el alcohol es la droga de mayor consumo entre los escolares de Chile, presentando una tendencia entre los estudiantes de ambos sexos de octavo básico a IV° medio. En consideración del consumo de marihuana el 30,06% de los adolescentes menciona haber consumido esta droga según (SENDA & ENPE, 2013).
Por otro lado en Chile, la edad de inicio para el consumo de diferentes drogas, se presenta entre los 14,5 años para marihuana, y 14,7 para la cocaína y 13,7 para pasta base, los estudios nacionales mencionan que 1 de cada 5 adolescentes que han consumido marihuana registran síntomas de dependencia, sin embargo, la tendencia a un consumo perjudicial de drogas y alcohol no necesariamente sigue una secuencia cronológica, pues el nivel de resolución de cada persona varia en el caso a caso y depende de factores genéticos y socio ambientales en los que nace y se cría cada individuo, teniendo como principal referente en problemáticas de consumo de drogas y alcohol a su grupo familiar.
La Organización Mundial de Salud reconoce la adolescencia como la etapa que trascurre entre los 10 y 19 años, en este periodo se producen cambios significativos, que pueden determinar un conjunto de fortalezas para la vida y el desarrollo o de lo contrario, pueden aumentar las condiciones de vulnerabilidad social y riesgo para la salud de los adolescentes. (MINSAL, 2013).
El consumo de alcohol y otras drogas en adolescentes tiene una significación y características que se diferencian del consumo de drogas en edad adulta, la adolescencia es la edad más frecuente donde se produce el inicio del uso, abuso de drogas y alcohol, también aumenta el desarrollo de dependencia para la edad adulta, de la misma forma la etapa adolescente presenta mayor tendencia al abuso de múltiples sustancias.
Entre los factores de desarrollo que contribuyen al uso temprano o continuado de drogas se encuentra el sentimiento común de los adolescentes de ser invulnerables, la necesidad de autonomía, y la influencia o presión de grupos de pares.
La cumple un rol fundamental en la educación sobre los riesgos del consumo de alcohol y drogas. Es necesario desarrollar una parentalidad positiva en la vida cotidiana de los adolescentes, fomentando las relaciones respetuosas, el buen trato y el cuidado, promoviendo el dialogo y la orientación dentro del grupo familiar.
Para potenciar las características de una parentalidad positiva, padres, madres y cuidadores puedes guiar a sus hijos enseñando desde pequeños lo siguiente:
- Cuidar su cuerpo
- Valorar la vida sana
- Rechazar las drogas
- Resistir la presión del grupo
- Tomar decisiones responsables
- Pedir ayuda
La comunicación es fundamental para mejorar la relación con los hijos, esta herramienta será efectiva y necesaria al momento de hablar de prevención de drogas y alcohol, para trabajar el vínculo y la relación con niños y adolescentes se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
- Los adultos que se muestran afectivamente conectados con sus hijos desarrollan mejor aceptación y autoestima por parte de los niños y adolescentes.
- Los padres, madres o figuras responsables que observan y están atentos a las necesidades, cambios y actividades de sus hijos, les están demostrando preocupación y cuidado, permitiendo que sus hijos se sientan más seguros y protegidos.
- No se debe olvidar que padres, madres y figuras responsables son un modelo de conducta para sus hijos. Ellos aprenden a cuidarse a sí mismo, a cuidar a otros y el entorno a través del ejemplo.
- Los padres o adultos que guían la conducta de niños y adolescentes, poniendo límites y normas claras, así como la consecuencia de su no cumplimiento, facilitan el desarrollo de la autonomía y madurez, generando jóvenes responsables consigo mismos y con el entorno.
- Los niños y adolescentes necesitan que los padres les aporten no sólo una adecuada alimentación, vestimenta, techo y salud, sino que también el vivir en un ambiente acogedor, con adultos que los protejan y les den confianza. (SENDA, Iniciativa de parentalidad, 2019)
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